miércoles, 17 de septiembre de 2008

Alta resolución...



Bajé del avión, rescaté mi equipaje, subí al coche de alquiler....
pasé por la delegación más cercana; tomé la documentación, los dossiers, algo de cambio, unos donuts de chocolate, una botella de bebida isotónica, algo de ropa y a la autopista... a hacer correr la máquina que tengo llegar a mi destino en 5 horas!!

Dos horas y pico después salía de la autopista, tomaba una comarcal (venida a más, pero comarcal al fin y al cabo) y ... me descubrí a mi mismo atravesando a la hora en que las personas decentes cenan, un pueblito muy lindo... Así pues, iba apróximadamente a la velocidad del rayo, pensando en megabits por segundo, sistema de capas OSI, trafos de aislamiento...

Mi adormecido sentido común hizo que levantara el pie del acelerador y mirara con ojos de persona a mi alrededor... ¿donde iba tan deprisa? ¿Que estoy haciendo? Es cierto que debía llegar a una hora prudencial a mi destino, es cierto que debía madrugar al día siguiente, pero... ¿compensa tanta prisa? ¿tanto esfuerzo? ¿se puede ir más despacio?

Algo de música para ilustrar sonoramente la situación...



Recordé una novela leída hace años, "La Lentitud" de Milan Kundera... recomendable para aquellos que quieran iniciarse en el pensamiento filosófico.

Pensé en todo aquello, las prisas, el ritmo... el estrés, las urgencias...
Aflojé el ritmo y me dediqué sencillamente a conducir. A sentir la carretera, las curvas, los peraltes, la rugosidad del asfalto... de repente, un hecho monótono como conducir 500 kilómetros se convirtió en una experiencia para los sentidos, en un masaje para el cerebro... apreciar el diseño de las curvas adaptarse a la ladera... pasear por dentro de un cuadro de Rafael Dominguez...

Hacer las cosas por el placer de hacerlas, sin propósito adicional. El hecho de comer por el placer de comer es diferente a comer para alimentarse. Son actividades muy similares mecánicamente pero completamente distintas en cuanto a la satisfacción personal... Leer por el placer de leer, no para informarse, ni estudiar, ni siquiera para aprender o para simular en tu blog que sabes "algo" de "algo"... no, leer por leer. Solo eso. Estar aquí mismo y tener consciencia de que ahora mismo estás decidiendo en qué aventura quieres estar después; como los niños, jugar a la pelota solo por jugar, no para ganar campeonatos, ni para clasificarse para ninguna eliminatoria, sin marcador ni resultado; solo jugar por jugar. ¿De verdad no lo recordáis?

A partir de ahí, el detalle. La vida va tan despacio como quieras que vaya. Solo tienes que conducirla, no dejar que te lleve. Al reducir la velocidad, la realidad se volvió más rica., mas detallada, más pixeles por milímetro cuadrado, más resolución... Observé las luces encendidas dentro de las casas, aquel perro que me miró desinteresado durante unos segundos al pasar, las estrellas brillando entre las aspas de los molinos de viento, los aromas, las sombras... infinidad de detalles que me estaba perdiendo!!

No solo eso; pude bajar la ventanilla y reconocer el aroma de los frutales y la tierra húmeda. Sentir el viento en mi cara y el frío de la noche. El placer que desconectar el climatizador automático y sentir como se me helaban las orejillas y se me erizaba el vello. Me recorrió un escalofrío de placer.

Cuando al día siguiente, Augusto me preguntó por el viaje, le dije que había sido estupendo, sobre todo la llegada nocturna. En su habitual "largueza", comprendió que algo había ocurrido y pidió más explicación.

He hablado con personas que me dicen que están cansados de su rutina y su día a día es monótono. Preguntándoles, me entero de que quieren saber qué pasará el mes que viene con su equipo de fútbol, que en Navidad irán a esquiar a Formigal y que el año que viene piensan ir de vacaciones a lo que quede del Caribe después de tanto huracán... que en unos años serán jefes de departamento, tendrán pagada la hipoteca y irán a por el tercer hijo. Claro, eso les parece monótono y rutinario. Están estructurando el tiempo. Encajándolo en sus agendas, pautándolo como papel milimetrado para poder aprovecharlo al máximo. Aquí hay un error. También los hay que, dado que no pueden planificar todo ello, se dejan arrastrar por el fluir de los días y dicen aquello del "yo vivo al día"... Otro error. Vas al día, pero no lo disfrutas, ¿Es eso realmente vivirlo?

Si quieres que tu experiencia sea intensa, sabrosa, cercana a los límites (sea por el lado interior o exterior), más vale que te detengas y examines tus pasos. Si vas deprisa te perderás mucho detalle. Verás un montón de platos pero solo podrás , con suerte, darles un pequeño bocado. Solo yendo al ritmo del entorno, sincronizado con tu ritmo natural captarás la totalidad de la escena. Disfruta cada bocado del plato individualmente porque todos son distintos y no tendrás que pedir y probar toda la carta, al menos, no hoy, sino cuando lo decidas. "No los pedirás por hambre, sino por gusto, Augusto" - le dije, guiñándole un ojo y relajando un tanto el ambiente.

Recordad que el tiempo es una experiencia relativa, una regla nemotécnica para situarnos en el mundo. Cuanto más deprisa vamos, más corre el tiempo... y menos detalles de la realidad podemos captar. Aprovechad el detalle. Esos pequeños tesoros que nos encontramos a cada paso. Un reflejo de sol en una ventana, una llamada equivocada, la caridad de un extraño, la complicidad de una camarera, un sabroso gintonic de ginebra desconocida, el sonrojo de Heidi... cualquier cosa mirada con detenimiento contiene todo un mundo... no me pondré a detallarlos porque es imposible y porque cada uno tiene los suyos propios... tiene que ser así.

Si te has detenido el tiempo suficiente para leer esta entrada, quizá tengas tiempo ahora de enviar unas letras a las amistades a las que por falta de tiempo no has podido corresponder últimamente. Yo tengo el propósito de hacerlo. Voy a ver si localizo a mi gata galante por los tejados y de paso disfruto de la esplendida Luna llena que hay esta noche.

Gracias por estar ahí.

4 comentarios:

Miradas Furtivas dijo...

Grato leerte a estas horas de la mañana, me he despertado y el ordenador seguía ahí, me hizo recordar la manía adoptada en los últimos meses, y Tú me hiciste recordar en el contenido esos pequeños momentos que nutren mis sentidos.........los días que han sido míos sentada bajo la sombra de un roble escuchando el murmullo del viento, viendo como revolotea una hoja tenaz y desesperada que el viento enloquece, es hermoso vivir y encontrar en cada cosa y objeto la dulzura, el encanto y el amor con que fueron hechos.

Detalles, detalles, detalles, detalles, cierro los ojos una vez más y me concentro en ellos.

Buen Bodeguero dijo...

"sucesos que se han esperado 100 años ocurren en tan solo unos instantes" ... hay que estar despierto continuamente para no perderselos... o dejar la conciencia grabando y dedicarse a disfrutar... que también hay que hacerlo.

Buen Bodeguero dijo...

miradas, ahora que empieza el otoño, es momento de reflexion, de ver las hojas caer y saber que volverán la primavera que viene... debe de tener algún mensaje esto, pero se me escapa...

Miradas Furtivas dijo...

Bienvenidas las hojas que caen, los dìas cortos,los tonos marrones, el viento seco...........esta es la temporada ideal de plantar rosales.